Lo que nos separaba eran
un océano
tres idiomas
diez mares
vaya a saber cuántos ríos.
En ese momento
la distancia era azul
y había que medirla
en tiempo de estrellas.
Tu voz - lo único que quedaba-
terminó llevándose tu cuerpo
al bosque frondoso de las metáforas
y como si no quisieras
allá te perdiste.
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