Pero - al fin y al cabo
postrarse en una cama hace mirar
mejor los objetos:
el arbol desde afuera
atravieza todas las dimensiones de mis tiempos.
Pero- al fin y al cabo
postrarse en una cama
ayuda a
recupera de
A la vuelta de
¿ dónde?
No hubo ( hay) partida.
Me muevo de la cama a la silla
al costado de la ventana.
Me asolo
(asolar es una palabra que lleva el sol adentro).
Aprieto los párpados,
cito a mi procesión de ejércitos:
el lugar en el que habitan las palabras
antes de ser palabras
(antes de ser, también, ideas)
Dejo los ojos en libertad
Los libero de mis dedos.
El sol vuelve a sentirse claro, límpido
Las palabras se atan con sus acentos al mundo.
Los objetos no crecen.
Están.
Los lagartos duermen.
Todo el sol cabe en esta habitación
y el silencio vuelve a perturbar los bordes de la palabra
y el ruido de la mecedora
y el zumbido verde que choca contra la ventana.
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