¡Cómo te gusta demasiarte por el cuarto
acuñar tu cuerpo de metafóricos,
recitar tus tetas todas las mañanas
y aullar los labios de multicolores!
¡Cómo, llevar a las manos
las ciudades de tu frente
y desparramar por el piso
las ruinas de la gramática.
¡Y tu fragancia que empapela
como una lujosa la pared!:
con ella me ensaño cuando muerdo
el carancho de tu destino y llego
a los agujeros de lo visible: estrellas
que desconsideran a mis ojos
la posibilidad de descanzar y paso la eterna
buscando cráteres de vos: pajarito desarmado.
(así si te vas de casa, puedo secretear con las púdicas
que se esconden bajo tu fría y voluptuosa.)
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