Maniatado
mañada ñato
maña adaña ¡to!
mañana
maña todo
mañana ñato
aña la maña
¡ñato!
manía todo
maña maniatado
cuando el ñato
me araña.
viernes, 24 de octubre de 2008
Tengo una buena oreja. Se los juro.
Podría decirles: tengo una buena nariz
o tengo un buen corazón
o tengo unos buenos ojos
pero no. Lo que tengo una buena oreja:
una oreja espectacularmente buena
perfectamente proporcionada
con cierta armónica intriga
y una laberíntica capacidad de escucha.
Se trata, como ven, de una sola.
La otra es normal. Ni fea ni linda. Común.
Pero a mi bonita oreja desde chica me la alaban.
Me podrían haber alabado cualquier otra cosa
mi nariz mi corazón o mis ojos.
Pero no. Me han alabado desde siempre
a mi queridísima oreja izquierda
que muchos llaman oreja filosófica.
Es realmente una suerte para mí
tener al menos una buena oreja
que encima es exclusiva
pues no la heredé
de nadie de mi familia.
Podría decirles: tengo una buena nariz
o tengo un buen corazón
o tengo unos buenos ojos
pero no. Lo que tengo una buena oreja:
una oreja espectacularmente buena
perfectamente proporcionada
con cierta armónica intriga
y una laberíntica capacidad de escucha.
Se trata, como ven, de una sola.
La otra es normal. Ni fea ni linda. Común.
Pero a mi bonita oreja desde chica me la alaban.
Me podrían haber alabado cualquier otra cosa
mi nariz mi corazón o mis ojos.
Pero no. Me han alabado desde siempre
a mi queridísima oreja izquierda
que muchos llaman oreja filosófica.
Es realmente una suerte para mí
tener al menos una buena oreja
que encima es exclusiva
pues no la heredé
de nadie de mi familia.
Entre todas las ventanas
quiero hablar de esta ventana
de la que como de muchas otras
cuelgan muchas cosas
pero yo quiero hablar de las cosas
que cuelgan de esta ventana.
Quiero hablar de las plantas que se atan
a las penas que se atan
a las narices que se atan
a la manía de los pañuelos de tela que se atan
al abrazo de las voces que se atan a esta ventana.
Quiero hablar de las cosas
en las que mi vida tropieza
y renace en tu vida
que cuelga de esta ventana
Como una paciente cazadora con su red de telarañas
quiero hablar mientras espero
romeando en un suelo de cielo
que una vida se desate
y caiga en el (mi) sueño.
quiero hablar de esta ventana
de la que como de muchas otras
cuelgan muchas cosas
pero yo quiero hablar de las cosas
que cuelgan de esta ventana.
Quiero hablar de las plantas que se atan
a las penas que se atan
a las narices que se atan
a la manía de los pañuelos de tela que se atan
al abrazo de las voces que se atan a esta ventana.
Quiero hablar de las cosas
en las que mi vida tropieza
y renace en tu vida
que cuelga de esta ventana
Como una paciente cazadora con su red de telarañas
quiero hablar mientras espero
romeando en un suelo de cielo
que una vida se desate
y caiga en el (mi) sueño.
Pero - al fin y al cabo
postrarse en una cama hace mirar
mejor los objetos:
el arbol desde afuera
atravieza todas las dimensiones de mis tiempos.
Pero- al fin y al cabo
postrarse en una cama
ayuda a
recupera de
A la vuelta de
¿ dónde?
No hubo ( hay) partida.
Me muevo de la cama a la silla
al costado de la ventana.
Me asolo
(asolar es una palabra que lleva el sol adentro).
Aprieto los párpados,
cito a mi procesión de ejércitos:
el lugar en el que habitan las palabras
antes de ser palabras
(antes de ser, también, ideas)
Dejo los ojos en libertad
Los libero de mis dedos.
El sol vuelve a sentirse claro, límpido
Las palabras se atan con sus acentos al mundo.
Los objetos no crecen.
Están.
Los lagartos duermen.
Todo el sol cabe en esta habitación
y el silencio vuelve a perturbar los bordes de la palabra
y el ruido de la mecedora
y el zumbido verde que choca contra la ventana.
postrarse en una cama hace mirar
mejor los objetos:
el arbol desde afuera
atravieza todas las dimensiones de mis tiempos.
Pero- al fin y al cabo
postrarse en una cama
ayuda a
recupera de
A la vuelta de
¿ dónde?
No hubo ( hay) partida.
Me muevo de la cama a la silla
al costado de la ventana.
Me asolo
(asolar es una palabra que lleva el sol adentro).
Aprieto los párpados,
cito a mi procesión de ejércitos:
el lugar en el que habitan las palabras
antes de ser palabras
(antes de ser, también, ideas)
Dejo los ojos en libertad
Los libero de mis dedos.
El sol vuelve a sentirse claro, límpido
Las palabras se atan con sus acentos al mundo.
Los objetos no crecen.
Están.
Los lagartos duermen.
Todo el sol cabe en esta habitación
y el silencio vuelve a perturbar los bordes de la palabra
y el ruido de la mecedora
y el zumbido verde que choca contra la ventana.
Algo que pasa en mi habitación
Una mariposa de alas abiertas
traza su destino de incrustada
contra un piso de madera
de 4x4.
traza su destino de incrustada
contra un piso de madera
de 4x4.
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